Al comenzar el curso escolar, muchos estudiantes universitarios solicitaron diferentes tipos de becas, tal y como lo habían estado haciendo hasta ahora. Sin embargo, y a menos de un par de meses de realizar los exámenes, el Ministerio se la denegó a un relativamente elevado porcentaje de los mismos debido al endurecimiento de los requisitos para poder acceder.
¿Cuál ha sido el resultado? Que teniendo en cuenta, además, la subida de las tasas, muchos de los estudiantes no han podido hacer frente a los pagos de las matrículas y han pasado a engrosar la lista de morosos de universidades de toda España.
Por ejemplo, en los siete campus públicos catalanes, la cifra de estudiantes que actualmente debe dinero alcanza los 3.000, es decir, el 1,5% de los 200.000 matriculados, y la deuda global sumaba tres millones de euros el pasado mes de febrero.
En Madrid, la Universidad Complutense cifra esta deuda en 4,9 millones de euros –lo que supone un 50% más que el curso anterior- e implica que, rondando una cifra similar a la catalana, hay más de 3.000 estudiantes que no han podido abonar su matrícula.
La respuesta de las universidades ha sido dispar. Por una parte, el rector de la Complutense –uno de los campus más endeudados en España con una cifra oficial estimada de 142 millones de euros- ha afirmado que no es viable renunciar al cobro de esta deuda y que, además, la falta de fondos de este campus impide que se haya podido habilitar un fondo de becas propio –independientemente de que no podría aplicarse a este curso porque no estaría incluido en los presupuestos que se aprobaron en su momento-.
La consecuencia directa para los estudiantes morosos fue la expulsión del campus virtual –aunque finalmente se les permitió de nuevo el acceso- y, aunque podrán hacer los exámenes correspondientes a este año, si no subsanan su deuda al completo en septiembre, las dos alternativas propuestas son la expulsión directa o que tengan que matricularse de nuevo en las mismas asignaturas –lo que supondría pagar el doble-.
Por otra parte, y a la espera de que los alumnos obtengan la respuesta de las becas aún no resueltas o de los recursos que han interpuesto muchos de ellos después de que éstas hayan sido denegadas, diversos campus –por ejemplo, la Autónoma de Madrid y de Barcelona o la Universidad de Alcalá de Henares- ya han habilitado fondos de emergencia con becas para las situaciones más desesperadas.