Cualquier autónomo o pequeño empresario se ha encontrado alguna vez a lo largo de su andadura empresarial con un cliente "moroso", que además en muchos casos, viene recomendado por un tercero de confianza.
Nosotros hemos prestado nuestro servicio o vendido el producto y a la hora de pasar la factura, nos dan esquinazo, no atienden la llamada, no tenemos respuesta a todos los emails enviados, el responsable se encuentra de viaje en el extranjero...
En ese momento, nos planteamos ¿qué hacer? Acudo al abogado, contrato los servicios del cobrador del frac, admito que no voy a cobrar y en función del importe de la deuda asumo la situación de mejor o peor humor.
La opción de contratar los servicios de un letrado, implica tiempo y dinero. Reclamaciones de cantidad se pueden dilatar en el tiempo por varios meses en función del volumen de trabajo del juzgado correspondiente y de la actitud de nuestro moroso en el momento de recibir la correspondiente notificación. Hay que indicar que existen morosos expertos en el funcionamiento de los procedimientos judiciales para reclamar cantidades de dinero y dilatar por tiempo indefinido la recuperación de nuestro dinero. ¡Paciencia si nos decidimos por esta opción!
Otra alternativa es establecer una negociación con nuestro moroso, recopilar la mayor información posible sobre su situación y solvencia económica y establecer en base a ello una estrategia eficaz de recuperación de nuestro dinero.
Perder el miedo a establecer una negociación con la otra parte, es preferible establecer un plan de pagos, un fraccionamiento de la deuda, con el objetivo final de que vamos a cobrar lo que nos deben. Tiempo mas reducido en algunos casos que iniciar actuaciones judiciales. Evitamos disgustos, no dañamos la relación con el tercero de confianza que nos recomendó a este cliente moroso, tomamos precauciones para el futuro, estudio de viabilidad económica antes de comenzar a trabajar...
Herramienta de negociación diseñando una buena estrategia nos permite todo esto, conocer los puntos débiles del cliente moroso, nos va a conceder una situación privilegiada a la hora de reclamar lo que nos deben. Si mantenemos una postura firme de estratega a lo largo de la negociación, habremos obtenido nuestro objetivo.